Para secar la vajilla no es necesario utilizar la opción eléctrica. Hay una que también da resultado, sin necesidad de tenerla encendida. En lugar de utilizar el programa de secado, cuando finalice el lavado, abrimos la puerta y sacamos las bandejas con toda la carga, para que se seque con el aire. Sólo es cuestión de esperar un ratito para que el agua acabe evaporándose, con lo que platos, cubiertos y vasos finalmente se secarán, sin necesidad de gastar energía de forma innecesaria.