Desde que comenzara la crisis, el ahorro se ha convertido en una máximapara el gobierno, empresas y economías domésticas. Por eso es importante que al igual que aprendemos un oficio, que nos ayudará a obtener el dinero necesario para comer, comprar una casa o darnos un capricho de vez en cuando, también aprendamos a gestionarlo adecuadamente sino queremos que desaparezca en un abrir y cerrar de ojos.
La tasa de ahorro en los hogares no se mostraba en negativo hace quince años, sin embargo, hoy en día, un 66 por ciento de los españoles declara no disponer de dinero suficiente para poder ahorrar, de los cuales, un 34 por ciento indica que es «casi imposible», según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística.
La planificación de gastos e intentar ajustar el presupuesto son claves para ayudar en el ahorro, también lo es el hecho de aprender a diferenciar entre necesidades y deseos. «Antes de nada, hemos de saber cuál es realmente nuestra situación, qué camino hemos de seguir y a dónde queremos llegar», explica José Puertas, economista y experto en hábitos de consumo en la Fundación Endesa.
La empresa gasística le propuso participar en un programa voluntariado en enero de 2017 y desde entonces trabaja con familias vulnerables para tratar aspectos como los de economizar en el consumo de la energía eléctrica. «Aunque no siempre es ese perfil, he llegado a trabajar con familias que pertenecían a un entorno no demasiado humilde pero tenían vaivenes económicos y otras con un nivel medio en las que los hijos vivían de los ingresos de sus padres», asegura.
El objetivo es que los ingresos que entren sean superiores o como mucho iguales a los gastos. «Debe existir un compromiso y una implicación por parte de todos los miembros del hogar, incluso de los más pequeños», cuenta. Para ello, se recomienda elaborar una lista de la compra para evitar gastos innecesarios, consumir productos de temporada o identificar las ofertas de cada supermercado porque el mismo producto puede ser más barato hasta un 30 por ciento.
Lo mismo sucede con el combustible, «se puede buscar las gasolineras más baratas en nuestra zona o llenar el depósito a principios de semana porque es más barato», prosigue el experto. Aunque suene a evidente, racionar el consumo de agua también es fundamental. «Debemos comprobar si existe fuga en los grifos o cisternas o se puede solicitar el bono social para proteger a los hogares con menos recursos». Y, sobre la electricidad, es imprescindible conocer la potencia de nuestra casa porque «disminuir un kilovatio supone un ahorro mensual de 5 euros».
Puertas apuesta por que la enseñanza española cuente con una asignatura reglada, «Elementos básicos de economía doméstica o similar», ya que así se evitarían «muchos disgustos» en el futuro, y tiene bastante claro además que se puede ser feliz con poco o muy poco, sobre todo, «si se sabe disfrutar de lo que se tiene».