Si su vehículo es nuevo o tiene menos de seis años, elija un seguro a todo riesgo, preferiblemente sin franquicia porque, en caso de siniestro, le pagarán el valor total del coche durante los dos primeros años.
Si tiene más de seis años, contrate un terceros ampliado con coberturas de incendio, robo y lunas. El todo riesgo no compensa porque, si sufre un accidente, le pagarán el valor de mercado de su coche -con esa edad, vale un 50% menos que nuevo-. Pero ojo, porque una póliza a terceros ampliado no le cubrirá el arreglo de los desperfectos si se da un golpe y es el culpable.
Si tiene más de ocho años, pásese a terceros con lunas. Contrate un terceros ampliado sólo si tiene un vehículo ‘goloso’ para los ladrones si vive en una zona conflictiva.
Si tiene más de 12 años, opte por un terceros básico, pero tenga en cuenta que la cobertura de lunas cuesta muy poco -aproximadamente 40 euros al año- y el hecho de que la tenga contratada, si su coche se destruye en un atentado, inundación, etc., marcará la diferencia entre que un organismo estatal -el Consorcio de Compensación de Seguros- le indemnice con el precio de mercado de su coche o nadie le abone nada.